El mundo de la moda ha vivido otro de sus momentos emotivos. El último desfile celebrado en el museo Rodin de París por la casa DIOR fue diferente al de otras veces, pues faltaba el artista. Galliano fue despedido fulminantemente de la casa por sus comentarios antisemitas que han herido a la sociedad judía y han desempolvado los acontecimientos más duros vividos por las víctimas del Holocausto.
Se respiraba un ambiente triste en el desfile. En el front row se concentraban la todopoderosa Anna Wintour y las plumas más afiladas de la prensa. De fondo se oía ¨ni rastro de Galliano ¨. No hubo ni champagne, ni fotos previas al desfile. No había nada que celebrar. Faltaban celebrities, que en los últimos momentos declinaron la invitación de la casa, faltó Bernard Arnault, presidente del grupo propietario de la marca. Todo era demasiado doloroso como para soportarlo. Despedir a un talento de incomparable creatividad como la del gibraltareño por unos comentarios fuera de tono no era fácil de digerir. Aunque ni un hueco libre, el morbo estaba servido.
Las duras palabras del deshauciado Galliano han herido a la sociedad y dañado la moral de la casa francesa. No olvidemos que la hermana del fundador fue también prisionera de un campo de concentración nazi y que para más inri la imagen del perfume Mis Dior Cherie es la recién oscarizada Natalie Portman, israelí de nacimiento, quien no ha tardado en pronunciarse al respecto.
Echaremos de menos el momento final del show en el que el gibraltareño caracterizado de torero, de astronauta o del mismísimo Napoleón daba las gracias a los asistentes por los aplausos a su colección. No olvidaremos los momentos vividos en sus desfiles de la semana de la Alta Costura. Ahora ya todo esto es historia. Los directivos de la marca se encuentran en proceso de sucesión y varios son los nombres que suenan a reemplazar al modisto, Ricardo Tisci de Givenchy o Aber Elbaz de Lanvin podrían ser sus dignos sucesores.....The show must go on.
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