La artista estadounidense vive ajena a los prejuicios. Siguiendo los pasos de su compatriota la reina del pop, Madonna, Lady Gaga ha utizado elementos como la política, la iglesia y el sexo para provocar en su último video clip, Alejandro. La artista muy vinculada al mundo de la moda ha reunido a Dolce & Gabbana, Emporio Armani, autor de los look militares de los bailarines o Philip Treacy con su sombrero de rosas, Alexander McQueen y Loboutin y sus preciados stilettos, todos ellos han creado una atmósfera propia de un backstage de lujo. Las fuertes imágenes del video dirigidas por el fotógrafo americano Steven Klein han levantado ampollas entre los integrantes de la liga católica americana. Gaga se traga un rosario, se viste de monja y es desnudada por los bailarines con movimientos y gestos muy eróticos. Y es que la cantante, amante de la controversia, luce con divertido descaro un bustier de metralletas, quizás burlándose de un mundo en el que las guerras son una noticia cotidiana.
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